Post escrito por Aniko Villalba en exclusivo para TIJE Travel
Si uno cambia el chip mental puede hacer que el tiempo avance más lento en cualquier lugar del mundo: es cuestión de situarse en el presente, ser consciente de cada cosa que pasa y así ensanchar los días. Pero hay pueblos, ciudades y países que ya de por sí tienen otro ritmo vital, lejos del acelere con el que asociamos al mundo actual. Nicaragua es uno de ellos.
Nuestro viaje empezó en la frontera. Cruzamos desde Costa Rica por tierra y enseguida se nos acercaron taxistas para ofrecernos transporte hasta los pueblos cercanos, algo común en las fronteras latinoamericanas. Decidimos prescindir de la velocidad, para nosotras innecesaria, de los taxis y nos subimos a los buses amarillos para ir hasta San Juan del Sur, un pueblo en la costa del Pacífico. Éramos dos, mi amiga Belén y yo, y no teníamos apuro.